La Joven Ahogada

Novela difícil y fascinante. Al terminarla es inevitable volver la vista atrás y preguntarte cuánto de lo narrado por su protagonista es real o no, si todo lo mágico que envuelve a la fascinante presencia de Eva Canning existe o es sólo una percepción fruto de la mente esquizofrénica de Imp.

A esto hay que sumar las constantes referencias literarias y artísticas a autores como Lovecraft o Angela Carter, los cuentos de hadas clásicos y la Odisea, y la reflexión que realiza su autora del proceso de creación literaria y el sometimiento a estructuras predeterminadas que ella rompe mediante una narración que altera la linealidad y juega con las percepciones del propio lector.

Requiere paciencia, pero es muy recomendable y una excelente muestra de lo que el género fantástico puede ofrecernos.

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'La Joven Ahogada', de la irlandesa Caitlín R. Kiernan, es una novela que puede encuadrarse dentro del gótico contemporáneo, es decir, que no nos vamos a encontrar castillos en ruinas y espacios lúgubres y misteriosos. Puede que lo más llamativo sea la inteligente estructura narrativa, que incluye recortes de periódicos, extractos de poemas, fragmentos de llamadas telefónicas, y algún cuento dentro de la propia novela escrito por su protagonista. Todo, hay que reconocerlo, bastante caótico, que en algunos momentos te llega a sacar de la historia. Pero también hay que tener en cuenta que la narradora es una esquizofrénica paranoide, y por ello poco fiable, que reproduce sus delirios en forma de relato novelado. La historia no hace más que avanzar y retroceder constantemente y no puedes confiar en absoluto en los recuerdos de la protagonista, como ella mismo llega a admitir.

La historia está protagonizada y narrada por Imp, una joven que vive en Providence (la tierra del Maestro Lovecraft; ¿casualidad?), cuya profesión a tiempo parcial es la pintura. Se trata de una chica con una fuerte personalidad, que te engancha enseguida. Padece esquizofrenia paranoide, enfermedad que hizo suicidarse a su madre y a su abuela, y que mantiene a raya mediante medicación y periódicas visitas a una psiquiatra. Hay que mencionar el cuadro del siglo XIX La Joven Ahogada, que ejerce una extraña fascinación sobre Imp. También tiene su importancia Abalyn, con la que mantendrá una relación. Pero la parte más interesante es la que tiene que ver con sus fantasmas, ya que esta es una historia de fantasmas, y una manera de exorcizar los extraños sucesos que le acaecieron en relación con Eva Canning, una misteriosa mujer de la que recordará dos encuentros con ella, pese a que parezca un solo encuentro. Eva Canning, cuyo parecido con la joven del cuadro es perturbador.

'La Joven Ahogada' resulta una novela interesante, fascinante en algunos momentos, y una lectura que no deja indiferente.

 

Una ilustración para la portada magnífica.

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